ANTONIO JOSE MURO | BLOG

  S i este año fuera un año normal, esta tarde tocaría coger el jersey para echarse a la calle. Hoy es día de la cabalgata de gigantes y cabezudos y el comienzo de la feria de San Miguel. Luego tocaría subir al cerro del aire donde se encuentra el recinto ferial con sus carruseles, casetas, tómbolas, etc. Que dicho sea de paso y aunque lleve varios años allí instalada, el hecho de llevarse la feria a este lugar me sigue pareciendo un absurdo. La ciudad no tiene espíritu de fiesta alguno, sin ambiente y todo por las ampliaciones urbanísticas y el yo la tengo más larga de los políticos de turno. Pero esto es otra historia. El caso es que la feria, se encuentre donde se encuentre, da pie a conseguir fotos curiosas y distintas a lo que estamos acostumbrados a fotografiar. Las luces, el bullicio de gente, el movimiento de las atracciones, fuegos artificiales... Una tarde paseando por la feria, bien merece llevar la cámara y buscar esa escena o momento a través de disciplinas como el robado,

E n el día de mañana llega el otoño dando lugar al equinoccio de esta estación donde el día y la noche tendrán tendrán el mismo protagonismo en las veinticuatro horas que dura el día. Desde hoy al sol lo veremos menos que la luna. Dicho esto, ya podemos ver a nuestro alrededor que los atardeceres son diferentes a los de hace unas semanas. El magenta de las puestas de sol veraniegas poco tiene que ver con los naranjas y rojos que nos ofrece el cielo cuando el sol se va. Una oportunidad para jugar con la luz y el color en nuestras fotos, solo debemos de buscar el lugar adecuado. Por lugar adecuado no me refiero a un idílico paisaje. Bien podemos encontrar un bonito atardecer a nuestro alrededor. En la ciudad que residimos, en los parajes naturales que nos rodean, un sitio elevado con buena perspectiva, etc. Solo hay que tener en cuenta por donde se esconde el sol, buscar un buen fondo y un primer plano que acompañe para completar la foto. La lista de fotógrafos de paisaje que os recomend

  E n breve la meteorología comenzará a cambiar por esta zona. Llegarán los días frescos, primeras aguas... Nuestro entorno natural comenzará a descansar del angustioso y seco verano para recargar las pilas, un poco de vida antes de que el invierno lo haga dormir hasta una nueva primavera. Muchos fotógrafos esperamos el otoño por la explosión de colores cálidos que a nuestro alrededor se produce. Salvo en el mar de olivos. Para cambios de color nos tenemos que desplazar a zonas de sierra o parajes naturales para contemplar mejor los ocres y la caída de la hoja. Y digo yo que el otoño es una maravilla por su color, temperatura, olores, etc. Pero que pasa si buscamos fotos en ¿blanco y negro?¿minimalismo?. De estas dos interrogantes pueden salir cosas muy interesantes y descubrir otro tipo de otoño. Diferente en el concepto y que aligere la carga de fotos otoñales que estamos acostumbrados a ver y de aquí a nada comenzaremos a disfrutar por las redes sociales. Parte de culpa sobre este t

  E l año pasado a estas alturas estaba en Baeza disfrutando de la noche de las velas organizada con motivo de la Noche del Patrimonio. Actividades varias se desarrollaron en todas las ciudades Patrimonio de la Humanidad, pero con la salvedad de que esta, se realizó una semana antes en la vecina ciudad. Lo pasé como un enano, el casco antiguo de Baeza estaba plagado de velas y rincones que bien se merecían una foto. Como casi siempre, iba bien acompaño por los compañeros de afición Alba, Fran y luego más tarde Primi. Quise estar allí pronto, antes de la luz azul. Aquello iba a ser un hervidero poco después y quería ver como estaban preparadas las calles y el interior de algunos edificios, para planificar un poco por donde andar y que me iba a encontrar. No me equivoqué. En un par de horas no se podía andar por las calles, las fotos las tuve que realizar a mano alzada y dejar el trípode en el coche. No había forma de dejarlo en el suelo sin que alguien le diera. Este año por el tema que