El guardián de la curva

 

Animales urbanos.

En una curva me encontré a este felino, tranquilo y con la mosca detrás de la oreja cuando alguna persona de acercaba. Me quedé observándolo un rato mientras el sol dejaba curiosas sombras en la facha blanca de la foto, poco más me dejó fotografiarlo.

Los gatos no son santo de mi devoción, pero reconozco que tengo varias fotos de ellos en entornos urbanos. Curiosamente todas las fotos de ellos ha sido en horario posterior al almuerzo. 

Arrancamos la primera hoja del almanaque.

Enero llego a su fin, se nota en los días. El sol va ganando horas y las tardes quedan menos insulsas, o deprimentes. Eso de que anochezca las seis de la tarde es casi un martirio cuando estás trabajando, y aún quedan un par de horas para salir. Insufrible.

Viene febrero y la calle coge alegría. Los carnavales están llamando a la puerta , las fiestas de las cofradías y vísperas de la Semana Santa, hacen que los colectivos se empiecen a mover, no muy alegres, pero al menos se intenta retomar las cosas con la mayor normalidad posible, hace falta esta actividad tras dos años en el dique seco.

Febrero fotográfico.

Febrero no se lo que me deparará fotográficamente hablando. Enero ha sido un mes parco y raro. Lo poco que he podido salir lo he aprovechado, pero no ha sido mucho. Tampoco he revelado nada, sigo anclado en septiembre del año pasado y me quedan cuatro meses de RAWs que mirar, catalogar y analizar para ver que sale de ahí.

Sobre el tema de analizar, catalogar y mirar carpetas de negativos, si tengo un buen trabajo por delante. A  raíz de leer el año pasado el libro de Jota Barros "Fotografía de calle",  me puse como objetivo el hacerle caso en no mirar las fotos una vez se hacen. Antes hacía una fotografía y al tener la revisión de imagen activada, me aparecía en la pantalla la visualización de lo hecho. Ahora no. Hago la foto y no veo nada hasta que doy por terminada la salida, entonces miro en la misma cámara todas las fotos para hacerme una idea de lo hecho, pero poco más. De ahí pasan al ordenador y cuando les toque quedarán filtradas, catalogadas y etiquetadas. 

Lo de dejar las fotos en barbecho lo hago por fuerza mayor, ojalá pudiese mirar las fotos a dos semanas de su captura, pero no es posible, incluso he llegado a tener un retraso de casi un año. Y tiene su parte buena. Cuando abres la carpeta y comienzas a ver fotos te llevas un subidón. Aparecen fotos que no recuerdas haber hecho y la memoria comienza a trabajar, conforme vas viendo fotos tu cabeza vuelve a ese día y sin querer, vas poniendo lugar y hora a cada foto. Es un regreso al pasado en toda regla.

Si febrero viene lluvioso (que falta hace), aprovecharé para ver carpetas. Sino llueve pues a la calle y a seguir sumando carpetas. Cuando me jubile ya me pondré al día, de momento a disfrutar de como vengan las cosas.

Feliz semana a tod@s. El jueves más y mejor.

El guardián de la curva