Una mirada distinta

 

Escaparates que esconden tesoros.

En el corazón de la calle Real hay una negocio de artesanía en el esparto, regentado por los hermanos Pedro y  Jesús. Sino lo conocéis entrar y visitarlo, hacen maravillas. 

El caso es que este escaparate lo utilizo en muchas ocasiones cuando paso por allí para sacar simetrías, reflejos, yuxtaposiciones o exposiciones múltiples. Al ser una calle con vida y tránsito continuo de gente, pues uno se encuentra cositas muy curiosas que hacen ver la calle de otra manera.

Todo depende del cristal con que se mira.

En varias ocasiones he referido en este blog que estoy encaprichado con los escaparates, me paro a mirarlos sin contemplar lo que hay dentro. Veo que me ofrecen en su reflejo, en los ángulos si hacen esquina, veo lo que me aporta el resto de la calle y si puedo conseguir alguna imagen que tenga interés o impacto. 

Cierto es que siempre voy a los mismos sitios, se con seguridad donde voy a encontrar algo, salvo que la luz no sea la adecuada por la época del año. Tengo pendiente en mirar otras zonas, salir del casco antiguo y comercial de Úbeda.

Fuera de la zona de confort.

Ahí es donde hay que pelear como gato panza arriba. Cuando nos encontramos en un lugar que no conocemos ni tenemos controlado, nos cuesta un tiempo adaptarnos. Por lo menos a mi.

Por esto digo que tengo que probar con nuevos lugares, otros escenarios y distintos motivos para buscar en ellos la foto escondida. Es otra forma de educar el ojo, enseñarle cosas diferentes y poner en jaque mis neuronas para que salgan de los patrones y despierten.

Si en estas salidas, en lugar de solo voy acompañado, mejor. Siempre cuatro, seis u ocho ojos ven mejor que dos. Se aportan ideas, formas de mirar distintas, formas distintas de ver la fotografía... son salidas enriquecedoras y motivadoras. Un lujo el analizar sobre la marcha un encuadre, donde situar un color, un reflejo, una sombra... eso no tiene precio. Y si luego rematamos la faena con un desayuno o un café el momento puede llegar a ser sublime.

Ese es el tema.

Como dice Arguiñano. Esa es la clave. Disfrutar de la fotografía, sus debates y la compañía de personas que comparten afición. Esos momentos te enriquecen más que una red social y esta maldita pandemia nos ha privado de muchos momentos de estos. Poco a poco remontamos vuelo, recuperamos estas cositas que nos mantienen vivos para evadirnos del día a día. Momentos que son importantes sin saberlo, ratos que valen un potosí.

El jueves otra foto y otra historia. Feliz semana a tod@s.