Turismo contra el colesterol

Séneca parece que les fuera a decir unas palabritas, pero la nube que pasa delante de él ni se percata de su presencia. Males del turismo en masa, que lo quieres ver todo en un día y vas como los aviones. Lo mismo sino estuviera Séneca, y allí hubiera un museo del vino y el jamón no hubiera podido hacer esta foto. Adivina adivinanza.

A mi me pareció genial que esta multitud pasase a todo trapo ante la estatua del reconocido filósofo romano, me facilitó una foto que andaba buscando desde un rato antes y donde ya acumulaba varios intentos fallidos. Como dicen que la esperanza en lo último que se pierde, pues allí estaba, lo más escondido posible esperando el momento idóneo.

Sobre la foto seguía en mis trece sobre la propuesta que rondaba mi cabeza. Seguir con la larga exposición, hiperfocal y que la gente estuviera presente dando dinamismo a un entorno arquitectónico inmóvil.

La semana que viene publicaré la cuarta y última imagen de esta serie que hice ese día, después, ya veremos si cambiamos de tercio o que nos encontramos en las fotografías reveladas.